“Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos, porque al que tiene, le será dado y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera; allí será el lloro yel crujir de dientes” (Mateo 25:28-30).

¡Menos mal! La historia de Jesús desde luego termina con una nota dura, ¿no? ¿Por qué cree que le habló a la gente de esa manera? Claramente porque piensa que es imprescindible que la gente tome la ira de Dios en serio. Las personas que se niegan a adorarlo por lo general terminan adorándose a ellas mismas.
Probablemente usted ha escuchado una cantidad de chistes sobre el infierno; pero el infierno no es gracioso, Jesús dice que allá habrá llanto y crujir de dientes: amargos remordimientos, auto recriminación, auto desprecio, eternos resentimientos contra todos los que tienen la “culpa” de que haya terminado ahí, odiando a Dios y sobre todo odiándose a sí mismo. Lo peor será para los que tenían todo el conocimiento y desecharon su salvación. Imagine una eternidad de “Ojalá”.
Satanás no va a ser el señor del tenebroso infierno; la Biblia dice que va a ser el prisionero #0001, arrojado a la parte más baja, por todo el mal que ha hecho. Satanás fue el primero en negarse a servirle al Señor y en pretender que era dueño de su vida.
Hay personas que usted conoce que tienen que saber estas cosas. ¿Cómo puede usar los talentos que Dios le ha dado para compartir las buenas noticias del don de Jesús?