¿Que tan coqueta es muy coqueta?



Quiero ser amigable, pero no coqueta. ¿Es posible tener la atención de un joven en específico sin ser tan siquiera un poquito e inocentemente coqueta? A todo esto, ¿qué tan coqueta es muy coqueta? Por trata
r de no ser interpretada como coqueta, a veces me comporto un poco ruda o insensible ¿qué hago?


Estas y otras son las dudas que muchas veces tenemos en cuanto a trato del sexo opuesto. Definitivamente queremos ser mujeres piadosas, prudentes, virtuosas y castas. En nuestros corazones sabemos que un comportamiento indecente y coqueto no proviene del Espíritu, pero en la carne se siente tan bien (y no es tan, tan malo ¿verdad?). Nos damos cuenta que esto no es tan sencillo. Queremos hacer lo correcto, estamos convencidas por convicción, pero en la práctica a veces no sabemos ni como tratar a nuestros pobres amigos – que los ignoramos, los tratamos pesado o simplemente somos demasiado indiferente con ellos que perdemos por completo su atención de amistad.
Algo que me ayudó mucho en mis años de soltera era ver a cada amigo y pensar lo siguiente: “él algún día será el esposo de otra mujer, ¡lo tengo que tratar como tal!” Yo lo visualizaba bien claro en mi mente, y esto me daba la pauta para tratarlo amigablemente pero no pasarme de la línea de tal forma que después me diera pena o vergüenza verlo casado con otra. (Antes de casarme, tuve varias ‘propuestas’ informales de matrimonio. Y como cada uno de estos pretendientes eran amigos míos, usé la misma pauta, “él algún día será el esposo de otra y yo me casaré con otro. No quiero que mi reacción al negarle la oportunidad de matrimonio termine por completo con nuestra amistad” 
 Y esto me ayudó a tratarlos en todo momento con respeto y continuar brindándole mi genuina amistad, por lo menos de mi lado. 

*LECCIÓN: Madres, instruyan a sus hijos a tratar a toda joven como la futura esposa de otro. Chicas, ayuden y animen a sus hermanos a no declarar su amor prematuro ante una joven que bien pudiera terminar casada con uno de sus amigos.)

Me di cuenta que a mis ocho años de casada, tengo muchos amigos varones. Algunas amistades que he preservado desde la niñez y juventud y otros que hemos conocido a través de los años junto con mi esposo. Muchos de ellos son parte del liderazgo en mi iglesia, todos ellos casados. Tengo conversaciones interesantes e importantes con ellos, y algunas veces soy yo quien inicia la conversación. Soy amigable, amable, los trato con respeto y cortesía. Les ofrezco mi ayuda y los trato de servir en lo que pueda. Les presto atención y trato de ser gentil en todo momento. ¡Pero en todo este tiempo jamás se me ha cruzado por la mente comportarme como coqueta! ¡Yo ya estoy casada y tengo a mi esposo (quien dicho sea de paso, me da toda la atención del mundo) y la mayoría de ellos también tienen esposas – quienes son amigas mías!

Así que joven soltera, este es mi consejo:

Observa a tus amigas casadas. Nota como se comportan ante otros hombres y aprende de ellas. Esto te dará una buena pauta para continuar siendo la hermana en Cristo que tus amigos necesitan.

Entre mejor te comportes ante tus hermanos en Cristo, mejor te van a tratar. Entre mejor se traten mutuamente, más fruto van a llevar. Quien sabe, algún día alguna amiga tuya te agradecerá por haber tratado con respeto a SU esposo. Y a la inversa también, tu puedes llegar a influir para que otras traten con respeto y amabilidad a TU futuro esposo.
(Y si, hay un tiempo para ser coqueta: ¡para tu esposo! Y esto no debe morir nunca)


Autora: Karisa Rivera



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