YO SOY EL DIOS QUE RESPONDE CON FUEGO
Cuando mi siervo Elías estuvo frente a los cuatrocientos falsos profetas del enemigo e invocó mi nombre, yo respondí a su oración con mi fuego consumidor. Cuando la gente vio mi fuego, cayeron postrados y me adoraron. En mi poder y fuerza, Elías destruyó a los falsos profetas del enemigo. Recuerda esto e invoca mi nombre cuando sientas que el enemigo puede contigo. Descenderé con mi fuego justo y destruiré a todos tus enemigos. Yo soy el Señor que reina sobre toda la tierra. Mi fuego santo va delante de mí y consume a todos los enemigos que haya cerca de ti. El rayo de mi poder ilumina el mundo, y la tierra ve y tiembla, y las montañas se derriten como cera delante de mí.
1 Reyes 18; Salmos 97:1-5
DECLARACIÓN EN ORACIÓN:
Padre, tú eres el Dios que responde con fuego. Libera tu fuego y quema las obras de las tinieblas. Permite que tu fuego arda en mis ojos, mi corazón, mi interior, mi boca y mis pies. Que tu fuego esté en mi lengua para predicar y profetizar. Hazme una ministro de tu fuego.
Fuente. Declaraciones diarias de Guerra Espiritual para la mujer
Cuando mi siervo Elías estuvo frente a los cuatrocientos falsos profetas del enemigo e invocó mi nombre, yo respondí a su oración con mi fuego consumidor. Cuando la gente vio mi fuego, cayeron postrados y me adoraron. En mi poder y fuerza, Elías destruyó a los falsos profetas del enemigo. Recuerda esto e invoca mi nombre cuando sientas que el enemigo puede contigo. Descenderé con mi fuego justo y destruiré a todos tus enemigos. Yo soy el Señor que reina sobre toda la tierra. Mi fuego santo va delante de mí y consume a todos los enemigos que haya cerca de ti. El rayo de mi poder ilumina el mundo, y la tierra ve y tiembla, y las montañas se derriten como cera delante de mí.
1 Reyes 18; Salmos 97:1-5
DECLARACIÓN EN ORACIÓN:
Padre, tú eres el Dios que responde con fuego. Libera tu fuego y quema las obras de las tinieblas. Permite que tu fuego arda en mis ojos, mi corazón, mi interior, mi boca y mis pies. Que tu fuego esté en mi lengua para predicar y profetizar. Hazme una ministro de tu fuego.
Fuente. Declaraciones diarias de Guerra Espiritual para la mujer
PURIFICARÉ TU VIDA CON MI FUEGO
El día que acuda, iré como un horno que purifica la plata, y te purificaré como purifico el oro y la plata. Te redimiré de toda obra mala y te purificaré para mí, a fin de que seas mi pueblo especial, celoso de buenas obras. Acércate a mí y yo me acercaré a ti. Humíllate ante mí, y cuando termine mi obra purificadora, te levantaré y purgaré con mi fuego santo para que seas una ofrenda de justicia ante mí. Te he probado y refinado como se refina la plata. Te he permitido pasar por el fuego y por el agua, pero te saqué para que estés plenamente realizado. He preservado tu alma entre los vivos, y no permitiré que tus pies sean movidos.
Malaquías 3:2-3; Zacarías 13:9; Salmos 66:8-12
DECLARACIÓN EN ORACIÓN
Señor, purifica mi vida con tu fuego. Refíname como la plata. Purga mi vida de todo pecado e imperfección como purgas el oro y la plata para que pueda convertirme en una ofrenda ante ti de justicia. Viviré mi vida negándome a la impiedad y las lujurias de este mundo, y viviré de manera sobria, justa y recta en esta presente era.
Tomado del libro Declaraciones diarias de guerra espiritual para la mujer por
John Eckhardt © 2013 por Casa Creación. Usado con permiso.
El día que acuda, iré como un horno que purifica la plata, y te purificaré como purifico el oro y la plata. Te redimiré de toda obra mala y te purificaré para mí, a fin de que seas mi pueblo especial, celoso de buenas obras. Acércate a mí y yo me acercaré a ti. Humíllate ante mí, y cuando termine mi obra purificadora, te levantaré y purgaré con mi fuego santo para que seas una ofrenda de justicia ante mí. Te he probado y refinado como se refina la plata. Te he permitido pasar por el fuego y por el agua, pero te saqué para que estés plenamente realizado. He preservado tu alma entre los vivos, y no permitiré que tus pies sean movidos.
Malaquías 3:2-3; Zacarías 13:9; Salmos 66:8-12
DECLARACIÓN EN ORACIÓN
Señor, purifica mi vida con tu fuego. Refíname como la plata. Purga mi vida de todo pecado e imperfección como purgas el oro y la plata para que pueda convertirme en una ofrenda ante ti de justicia. Viviré mi vida negándome a la impiedad y las lujurias de este mundo, y viviré de manera sobria, justa y recta en esta presente era.
Tomado del libro Declaraciones diarias de guerra espiritual para la mujer por
John Eckhardt © 2013 por Casa Creación. Usado con permiso.
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