Corazón agrietado





Mi corazón agrietado y herido, te extraña.
Esta ausencia cada día se prolonga.
Lejos de olvidarte, te pienso constantemente.
Y esta melancolía se entremete por rincones del alma
que hoy día se encuentran vacíos, entonces el pecho duele.
¡Duele tanto! Mientras una pequeña llama amenaza con extinguirse a falta de calor.
No es obsesión, ni es costumbre, es sencillamente que te amo tanto. Te amo al punto de no saber dónde comienza o dónde pudiera terminar este amor. Te amo hasta el punto en que me duelen los huesos y la piel al no sentir tu cercanía. La noche me acompaña, el silencio me habla.
Pero tu voz, ¿dónde está tu voz? ¿Qué del murmullo que resoplaba en mis oídos palabras dulces? ¿Qué de ti y de mí que conociéndonos tanto, parecemos dos extraños? Sin temor a equivocarme puedo decir, que son muchos los atardeceres que estamos perdiendo. La ola de tu olvido, amenaza con borrar tus huellas, pero yo me resisto a creer que todo haya quedado en nada.

Autora: Brendaliz Avilés



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