Consuelo
“El Señor volverá a consolar a Israel y tendrá piedad de sus ruinas. Su desierto florecerá como el Edén, sus lugares desolados como el huerto del Señor. Allí se encontrarán gozo y alegría; los cantos de gratitud llenarán el aire.” Isaías 51:3 (NTV)
El amor de Dios hacia cada uno de los hombres desde el principio hasta el fin fue demostrado en el sacrificio de su único hijo Jesús en la cruz.
Ahí encontramos un consuelo para nuestras vidas, la piedad que tuvo Dios por ti, por mí y por todo aquel que decida reconocer su sacrificio.
Por medio de ese amor podemos encontrar consuelo constante ante las adversidades de la vida, ya sea a consecuencia de nuestras decisiones (malas o buenas) o por circunstancias inexplicables a nuestra humanidad, pero ahí está Dios con los brazos abiertos y diciendo: “Te volveré a consolar, tendré piedad de ti nuevamente”.
Tenemos la dicha de contar con Dios en todo tiempo, no tenemos que concertar una cita y esperar que tenga una hora libre en su apretada agenda, no es necesario viajar por horas y horas para verle, ni mucho menos, esperar a que algún día pueda visitar nuestra ciudad para asi contarle nuestro dolor y recibir consuelo.
Él es quien convierte nuestro desierto en un lugar fértil y nuestras vidas desoladas en huertos llenos de vida y de gozo constante.
Busquemos a Dios en la intimidad cada mañana y nuestra alma dirá: ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío.
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ
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