El amor es un Don de Dios




Una de las mayores necesidades del ser humano es la de amar y ser amado. El amor es indispensable para la sobrevivencia pues, sin él, perdemos nuestra vitalidad emocional y física. Cuando experimentamos el amor, sentimos un profundo bienestar que nos afecta física, mental, social y espiritualmente.
La carencia de afecto lleva a mucha gente al divorcio, a los hospitales psiquiátricos y al suicidio. Un niño que no tiene un relacionamiento afectivo con los padres, especialmente con la madre, puede desarrollar disturbios emocionales y presentar inconvenientes en el desarrollo físico. Para mantener relacionamientos saludables, el único remedio es el amor, porque cuando él falta la familia se desmorona en frustración

1. El origen del amor

“¡Dios es amor!” Él es la fuente de todo amor verdadero. Él tanto amó al mundo que dio a su Hijo” en sacrificio (1 Juan 4:8; Juan 3: 16). Jesús dejó el Cielo para morir por nosotros. Nunca habrá una demostración de amor mayor que esa. La base del amor que debemos tener para con nosotros mismos y para con nuestro prójimo es el amor divino.



2. Lo que el amor no es

El amor no es un sentimiento, que puede desaparecer. Los sentimientos pueden ser alterados por el estado emocional, por los sentidos, por enfermedades, por la actitud del compañero (a), etc. Generalmente la primera atracción entre dos personas se basa en aquello que se siente. Pero cuando la relación llega al matrimonio, ya no debe estar basada sólo en los sentimientos.

Muchas veces se confunde el amor con la ardiente pasión que, al ser probada en las adversidades, se marchita y muere. El resultado son muchas casas amargadas por la decepción y la desilusión. El amor es como una plantita que necesita ser cuidada y nutrida para que no muera. La base de un matrimonio saludable debe ser un principio adoptado por una decisión racional de amar, que parte de una voluntad consagrada a Dios, cueste lo que cueste.

3. Principios del amor verdadero

En una relación de pareja, surgirán momentos de insatisfacción emocional, como si los sentimientos del inicio de la relación hubiesen acabado. De ahí surgen dudas: “¿Será que ya no lo amo?”, “¿Qué es lo que no está funcionando?”

Pero tales momentos forman parte de la relación y es a partir de ahí que elegimos amar. Por eso, los sentimientos no son la guía más segura. Los principios del amor verdadero deben estar en acción.



El amor verdadero viene de Dios.

- Si Dios es el origen del amor, cuanto más buscamos conocerlo, más capacitados vamos a estar para amar a nuestro cónyuge.



- “¿Qué es necesario para ser feliz?” Amar como Jesús amó, vivir como Jesús vivió, sentir lo que Jesús sentía…” (Pe Zezinho)

(continuará)

Fuente Familia felíz



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