Super mamá ¿Mito o realidad?




Muchas madres luchan con un sentimiento de insuficiencia. Muy conscientes de todos los roles que tienen que llevar: esposa, madre, administradora del hogar, etc., no están seguras si lo están haciendo bien, o si les hace falta algo más.

Tampoco ayuda estarse comparando con una súper mamá que, al parecer, lo hace todo y lo hace muy bien. Es atractiva, su esposo parece estar muy contento con ella, sus hijos tienen buenos modales, practican todo tipo de deportes, son disciplinados en la música y siempre andan bien presentables. Su casa es impecable y cocina delicioso. No solo está muy involucrada en la iglesia, sino que también dispone de suficiente tiempo para involucrarse en diversas actividades en la comunidad.
Pero esta súper mamá, ¿existe o es solamente producto de nuestra imaginación?

Es muy posible que al sentirnos muchas veces inadecuadas con nuestra propia vida como madres, miremos a otras mujeres e incorrectamente asumamos que a ellas les sale todo bien. No conocemos sus luchas, la trayectoria que han caminado para superar ciertas áreas, y quizás alguna vez las vimos en su mejor momento y concluimos que así viven sus vida todos los días.
No debemos de perder ni un segundo de nuestro precioso tiempo comparándonos con otras madres. Y mucho menos irnos a uno de los dos dañinos extremos: resentirlas, juzgarlas y criticarlas o idolatrarlas y ponerlas en un pedestal en el cual no pertenecen.  La verdad es que como no pasamos todo el día con ellas, no hay forma de cerciorar que en efecto son súper mamás.
Pero no quiero desechar del todo la idea de una súper mamá. De hecho, pienso que llegar a ser una súper mamá está al alcance de cualquier madre que quiere honrar y servir a Dios con su vida.
**Está es mi definición de una súper mamá:

Una mujer que hace lo que puede y lo hace todo para honra y gloria de Dios. 


Haz lo que puedas


Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura. Marcos 14:8

En este pasaje, Jesus se encuentra comiendo en la casa de unos amigos. El sabe que está a unos días de su crucifixión y está aprovechando estos últimos momentos con sus discípulos. De repente, llega una mujer – no convidada – y derrama un bote perfume caro en los pies de Jesus. Con su propio pelo lava los pies de su Salvador. Al ver esto, algunos discípulos murmuraron en su contra. Pero Jesus les dio una mejor perspectiva: Ella ha hecho lo que pudo. No más, no menos; no todo, tampoco nada; sino, lo que pudo. Ella le estaba preparando el cuerpo para lo que había de venir, Su preciosa muerte y sepultura.
Si como madres mantenemos la perspectiva de hacer lo que podemos,  ya no vamos a tener que luchar con ese sentimiento de insuficiencia o incapacidad. No vamos a tener que compararnos con nadie más. Tomemos un día a la vez y hagamos todo lo que podemos. Eso es todo lo que Dios espera.

Hazlo todo para honra y gloria de Dios


Y todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de él. Col. 3:17
La otra parte de ser una súper mamá consiste en hacer todas las cosas, grandes y pequeñas, importantes e insignificantes con gozo como para Dios. La tarea de madre está llena de miles de actos de servicio, algunos más agradables que otros, pero no menospreciemos ni uno de ellos. Hagámoslo todo para gloria de Dios. Tomemos complacencia en servir a nuestros seres queridos con gratitud y alegría. Instruyamos a nuestros hijos con una sonrisa en nuestro rostro, trabajemos con felicidad en nuestro corazón.
Nada de lo que hagamos será desapercibido por nuestro Padre Celestial. Démosle gloria a su nombre al servir con nuestro mejor empeño a la familia que El nos ha prestado.


Adaptación: Gotitas de esperanza
Autora: Karisa Rivera
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