Nombres de Dios - Semana 1 / Martes
Lectura: Filipenses 4:10-20
Devocional: Filipenses 4:19
Lectura: Filipenses 4:10-20
Devocional: Filipenses 4:19
¡Qué pasaje tan retador! Leerlo me hace meditar en la contradicción de muchas enseñanzas que en la actualidad se dan desde muchos púlpitos y tal vez que nosotras mismas hemos declarado con este pasaje tan célebre:
"todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Pero creo que no hemos leído cuidadosamente el contexto dentro del cual fue dicho. Si leemos atentamente, desde el versículo 11 el apóstol está describiendo un período de escasez, no espiritual, no de creatividad, no. Está hablando de escasez en lo material, el cual, al parecer, no ha sido el único por el que ha pasado, ya que sigue diciendo que todo eso lo ha enseñado a estar saciado como a tener hambre.
Pero… ¿cómo? El gran y tremendo siervo de Dios que dijo: “mi Dios suplirá todas las cosas conforme a sus riquezas en gloria”, ¿no ha sido suplido? ¿Ha padecido falta de alimento? Así es, y es que se nos ha llenado la cabeza con ideas equivocadas, como si por ser hijos del Rey debemos tener un estilo de vida de estrellas de cine, tener todo; y si no lo tuviéramos pensar que algo anda mal en nuestras vidas o las de aquéllos que constantemente padecen necesidad o enfermedad.
¡Qué pensamiento tan deplorable! Jesús mismo padeció. Su vida fue sencilla, no tenía dónde recostar su cabeza. Eso debemos enseñar: no se trata de tener pensamientos de miseria, o que no queremos prosperar, se trata de, al igual que Pablo, estar enseñadas en todo.
¿Tenemos abundancia? Nuestro corazón no se cierra y damos de gracia lo que por gracia se nos da. ¿Tenemos hambre? Nuestro corazón no reniega, extraviando el camino, sino que descansa y confía en el que le salvó.
Les animo hoy a mirar alrededor suyo, ¿habrá alguien que esté pasando por necesidad? Quizás sea esta una buena oportunidad para extendernos y mostrar fruto que abunde en nuestra cuenta.
Padre amado, este día oramos que enseñes a nuestro corazón a apoyarse en Ti y Tu Palabra, a no dejarnos envolver por afanes que este mundo quiera poner sobre nosotras, sino a tener un corazón agradecido y un ojo misericordioso,en Jesús oramos, amén
"todo lo puedo en Cristo que me fortalece".
Pero creo que no hemos leído cuidadosamente el contexto dentro del cual fue dicho. Si leemos atentamente, desde el versículo 11 el apóstol está describiendo un período de escasez, no espiritual, no de creatividad, no. Está hablando de escasez en lo material, el cual, al parecer, no ha sido el único por el que ha pasado, ya que sigue diciendo que todo eso lo ha enseñado a estar saciado como a tener hambre.
Pero… ¿cómo? El gran y tremendo siervo de Dios que dijo: “mi Dios suplirá todas las cosas conforme a sus riquezas en gloria”, ¿no ha sido suplido? ¿Ha padecido falta de alimento? Así es, y es que se nos ha llenado la cabeza con ideas equivocadas, como si por ser hijos del Rey debemos tener un estilo de vida de estrellas de cine, tener todo; y si no lo tuviéramos pensar que algo anda mal en nuestras vidas o las de aquéllos que constantemente padecen necesidad o enfermedad.
¡Qué pensamiento tan deplorable! Jesús mismo padeció. Su vida fue sencilla, no tenía dónde recostar su cabeza. Eso debemos enseñar: no se trata de tener pensamientos de miseria, o que no queremos prosperar, se trata de, al igual que Pablo, estar enseñadas en todo.
¿Tenemos abundancia? Nuestro corazón no se cierra y damos de gracia lo que por gracia se nos da. ¿Tenemos hambre? Nuestro corazón no reniega, extraviando el camino, sino que descansa y confía en el que le salvó.
Les animo hoy a mirar alrededor suyo, ¿habrá alguien que esté pasando por necesidad? Quizás sea esta una buena oportunidad para extendernos y mostrar fruto que abunde en nuestra cuenta.
Padre amado, este día oramos que enseñes a nuestro corazón a apoyarse en Ti y Tu Palabra, a no dejarnos envolver por afanes que este mundo quiera poner sobre nosotras, sino a tener un corazón agradecido y un ojo misericordioso,en Jesús oramos, amén
Sivia Sanchez
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