Padre, tu Palabra ha revelado que tú justificarás a todas las naciones por la fe y bendecirás a todas las naciones mediante tu promesa a Abraham. Siempre que abra mi boca, que tus palabras me sean dadas para que pueda conocer sin temor el misterio de tu Reino. Porque mediante Jesús, tú puedes establecerme por el evangelio, para que proclame el misterio de tu Reino, oculto en tiempos pasados, pero ahora revelado y dado a conocer para que todas las naciones crean en ti y te obedezcan.
Tomado del libro Declaraciones diarias de guerra espiritual para la mujer por
John Eckhardt © 2013 por Casa Creación. Usado con permiso.
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