Promesas poderosas para toda mujer, "Su amistad" serie 2
¡Buenas tardes amigas mías! Que bello poder encontrarnos una vez más para juntas conocer y gozar de las promesas poderosas que Dios nos ha dado, pero... ¡comencemos!
★ El estilo
Antes de observar la protección que ofrece nuestro huéspedes, pongámosle fin a su mesa y prestemos atención al estilo con el cual sirve a su amigos. Existen dos marcas adicionales de su hospitalidad y su amistad, y su generosidad hacia su pueblo.
Primero: la unción de la cabeza; en las palabras de David; " unges mi cabeza con aceite " (cuán esplendido es nuestro Santo anfitrión, no solo nos alimenta sino que también nos unge) En otro gesto de bondad más, él unge la cabeza de su invitado con aceite perfumado. Este es un acto indudable de lujo, ya que el aceite es algo muy costoso. Es también un símbolo de festividad, ya que el aceite de alegría siempre reemplaza al luto (Isaías 61:3)y es una señal de alegría, ya que el aceite y el perfume alegran el corazón (Proverbios 27:9)
Los químicos nos dicen que el aceite nos brinda tres placeres extraordinarios y posee tres cualidades sobresalientes :
Tacto: el aceite proporciona suavidad
Vista: el aceite da brillo
Olfato: el aceite ofrece una fragancia
Los tres elementos combinados gratifican a los sentidos y son una fuente de deleite para la persona que ha sido ungida. Imagínese al viajero agitado y perseguido...invitado a participar de algo que lo alegra tanto, obsequio de un anfitrión amistoso y generoso.
Segundo: la copa llena a rebosar ; David añade, "mi copa está rebosando" La magnitud de a providencia de Dios incluye una copa rebosante. Esta es la copa que se utiliza para tomar un líquido durante una cena o banquete, grande y profundo, su contenido tenía el propósito de satisfacer al sediento, refrescar el cuerpo y fortalecer el alma. Llena a rebosar- así está la copa del invitado de Dios. Y aquel que tenga la fortuna de beber d ella, estará lleno y saturado. Y como ocurre con todas las provisiones de Dios para nosotras, como sus amadas amigas, esta copa también está colmada, llena hasta derramarse.
★ Reflexionemos
No hay ninguna duda al respecto, la provisión de Dios para nosotras, sus amigas demuestra consideración y abundancia. Cuando llegamos, cansadas y frenética, al refugio de su tienda de campaña en el desierto, y abrimos la portezuela de la misma y contemplamos el tesoro de u mesa... una mesa que ha sido preparada y aderezada y que nos espera... vemos gran cantidad de alimentos necesarios. Pero querida mía, además está el aceite de su alegría y la copa rebosante que lo excede a todo. Estamos verdaderamente azoradas por la abundancia de Dios. (¡y ni mencionemos su increíble bondad con nosotras!)
El sustento, el aceite y la copa rebosante cumplen bien su cometido y nos reviven. Ellos, de manera simultánea, nos apoyan, estimulan y deleitan. Ciertamente, hacen que nuestro rato a la mesa de Dios sea un festival de alegría. Deberíamos estar agradecidas, deberíamos comenzar a reconocer, como ha escrito alguien :
Nada estrecho, ninguna carencia
sale jamás de la provisión de Dios;
A los suyos brinda medida completa,
llena y rebosante por siempre jamás.
★ Un muestrario de bendiciones
Diez reflexiones sobre las promesas de Dios
1) Mayor intimidad: Una cosa es ser una oveja con el Pastor, pero otra muy diferente es ser un invitado en su casa, en la casa de nuestro Padre hay plenitud de gozo y delicias para siempre.
2) Cuidados Divinos: los cuidados de Jehová se expresan en el hecho de que él mismo prepara una mesa para nosotras. Imagínese el gozo de festejar en la presencia de Dios, en su mesa y con comida preparada por él. Por cierto ¡Nada nos faltará!
3) Servicio caritativo: Dios, nuestro anfitrión celestial, unge nuestra cabeza con aceite y llena nuestra copa a rebosar. Podemos declarar junto a David "Señor y Dios, ¿quien soy yo para que me hayas hecho llegar tan lejos?" (2 Samuél 7;18)
4)Un remanso de paz en un mundo hostil: El salmista habla de los enemigos, pero ningún enemigo puede acercarse más de lo que está Dios. Todos aquellos que encuentren su refugio en el Señor, no solo encontrarán un Amigo, sino también descanso, relajación, renovación y avivamiento.
5) Un refugio de las tormentas de la vida: En la casa de nuestro Padre podemos pasar del frio...al calor de hogar. Pasar de la soledad...a la comunión. Pasar de la oscuridad... a la luz. Pasar del peligro... a la seguridad. Pasar del hambre... al festín. Pasar de la enemistad... a la amistad.
6) Una calurosa bienvenida: Cuando llegamos, nos damos cuenta de que se nos aguardaba. Se anticipaba nuestra llegada. Nos saludan. Se han hecho preparativos de antemano. Nuestro anfitrión nos estaba aguardando con sus brazos en señal de amistad.
7) Un lugar para hacer una pausa: Cuando estamos corriendo de un lado a otro, de un acontecimiento a otro, siempre podemos detenernos en la casa de nuestro Padre. Nos detenemos, respiramos profundo. Hacemos una pausa, nos deleitamos, cenamos, descansamos, nos agrupamos. ¡En la presencia de Dios encontramos el cielo en la tierra!
8) Un hospital: cuando llegamos cansadas y agotadas, demacradas y sin aliento, golpeadas y lastimadas, sangrando y aterrorizadas, Él unge nuestra cabeza y lava nuestras heridas con aceite para sanarlos.
9) Un corazón generoso: En la intimidad de su casa, nuestro anfitrión ronda a nuestro alrededor, buscando la oportunidad de atendernos generosamente, continuamente llenando nuestra copa mientras bebemos de ella. Él se deleita en servirnos una porción abundante.
10) La bendición de la amistad: Aquí nuestro anfitrión es la imagen de la verdadera preocupación, de la sociedad y la confraternidad, de todo lo que proviene del aceite de alegría y la copa rebosante de bendiciones de toda clase. Dios es nuestro Amigo prometido.
¡El Señor siempre satisface las necesidades de su pueblo!
Él prepara la mesa ante mis ojos,
Su infinita gracia otorga;
¡Y, ah, que corriente de delicias
De su cáliz puro fluye!
Mañana promesa 10 ¡No faltes!!
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