Ayuno y oración por tu matrimonio

Dia 1


Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Salmo 19:14
Devocional –
David cierra el Salmo 14 rindiendo humildemente su boca y su corazón a Dios. Él sabía que una vida piadosa verdadera no era solamente cuestión de lo que se hace, sino también de lo que se dice y de lo que se piensa en el corazón.
En este primer día del desafío de ayuno y oración concentrémonos en nosotras mismas: en lo que hay en nuestro corazón, en lo que sale de nuestra boca. A veces somos rápidas para criticar las actitudes y las palabras de nuestro esposo pero nos olvidamos de las nuestras.
Al final, a las únicas personas que podemos cambiar es a nosotras mismas y sólo podremos hacerlo con Dios, quien es nuestra fuerza, nuestra roca y nuestro redentor.
Si buscamos a Dios de corazón, exponiéndole sinceramente nuestros fallos, Él nos ayudará a hacer los cambios necesarios en nuestra propia vida. La mejor manera de
comenzar con este tiempo de oración intensa por nuestro matrimonio es confesando a Dios nuestro pecado y pidiendo perdón.
Ser conscientes de nuestros propios fallos nos permite ver los de nuestro esposo con ojos limpios y sinceros, con gracia y misericordia.
Cuando Dios nos cambia desde el interior, transformando nuestro espíritu, los cambios en el exterior serán cada vez más visibles. Y una vez que nuestra propia transformación comienza, que nuestro matrimonio sea también transformado, está sólo un paso más allá.
Desafío de oración – Ora por ti como esposa. Reflexiona en los años que llevas casada y eleva una oración de alabanza y gratitud a Dios. Pídele que haga salir a la luz cualquier pecado oculto y que te ayude a desarrollar el fruto del Espíritu Santo plenamente. Ora para que puedas darle bien y no mal todos los días de tu vida.

Desafío de ayuno - ayuna hoy durante una comida de tu elección (desayuno, almuerzo, cena).

Mi oración - Padre, gracias por estos años de matrimonio en los que día a día has sido fiel. Mi corazón está lleno de alabanza y gratitud a Ti.
Te pido perdón porque no siempre he sido la esposa que tú quisiste que fuera. Perdóname por todas las veces en las que he tenido palabras y actitudes erradas. Y, sobre todo, te pido perdón por todas las veces en las que pretendí dejarte fuera de mi matrimonio.
Ayúdame a ser una mujer íntegra en la que el fruto del Espíritu pueda desarrollarse plenamente. Ayúdame a ser fiel y a llevar a mi esposo bien y no mal todos los días de mi vida (Pr 31:11).
Transforma mi mente y mi corazón, Señor, para llenarme de Ti cada día más y poner mis ojos en lo que Tú quieres para mi vida y mi matrimonio.

Autor: Edurne Mencia

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