1-Escribe el pasaje del día
2-Escribe una o dos observaciones del pasaje
3-Escribe una o dos aplicaciones del pasaje
4-Ora por lo aprendido
5-Memoriza tu versículo
Artículo de hoy
Manos de Marta, corazón de María {o el misterio del equilibrio}
Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Lucas 10:38-42
Lucas 10:38-42
Marta es, en gran manera, el reflejo histórico de la mujer actual: con una agenda llena de miles de cosas por hacer cada día. Cosas como…
…esposo, hijos, casa, trabajo, ministerio, amigos, familia, gimnasio, estudios, tiempo “para mí”, tiempo libre, diversión, esparcimiento, chequear Facebook, actualizar Twitter, buscar en Pinterest, llamar por Skype…
Puede que te identifiques con todas las anteriores, solamente con algunas o que tengas tus días ocupados con otras cosas. Pero de algo estoy segura: eres una mujer ocupada.
Tanto que, a veces, el día se te va y no has sacado 5 minutos para estar un tiempo con Dios.
¿O es que sólo me pasa a mí?
Incluso me sucede cuando estoy ocupada en cosas puramente “espirituales”, tomándome demasiado a pecho Santiago 1:22. Entonces, hago, hago, hago y me frustro, me frustro, me frustro.
Incluso me sucede cuando estoy ocupada en cosas puramente “espirituales”, tomándome demasiado a pecho Santiago 1:22. Entonces, hago, hago, hago y me frustro, me frustro, me frustro.
Hasta que me doy cuenta de que todo lo que hago en ese tiempo de ocupación extrema y visión túnel no tiene valor real ni va a perdurar en el tiempo, y cambio el chip de Marta a María.
Y todo vuelve al lugar correcto.
A veces tenemos la idea equivocada de que debemos escoger entre ser como Marta o ser como María, pero no es así. En realidad, deberíamos buscar ser una mezcla equilibrada de las dos: tener las manos de Marta para servir y el corazón de María para adorar y sentarnos a los pies del Maestro.
“Jesús vino a la oscuridad de mi corazón y encendió la luz. Prendió el fuego de mi frío corazón. Hizo sonar música donde antes había silencio y lleno el vacío con Su presencia.”
Robert Boyd Munger
Robert Boyd Munger
Él quiere pasar ese tiempo contigo todos los días, y espera que tú también estés deseando ese encuentro. ¿Tus muchas ocupaciones te lo impiden? Algo anda mal entonces.
¿Cómo damos prioridad a Dios en medio de nuestra caótica y llena agenda? Te dejo algunas ideas:
1. Levántate al menos 15 minutos antes que tu familia cada día para asegurarte ese tiempo “extra” con Dios que después va a desvanecerse con las ocupaciones del día.
2. Comprométete a no hacer nada antes de tener ese encuentro con Dios. Resiste la tentación de hacer la lista de la compra, de fregar los platos sucios de la cena del día anterior o aprovechar para revisar el email.
3. Deja todo preparado la noche anterior para no perder tiempo ni dar oportunidad a distracciones – en el lugar en el que vayas a hacer tu devocional, deja tu Biblia abierta en el pasaje para el día siguiente, tu cuaderno preparado y un bolígrafo. Pon también el himnario y algún recurso que te ayude a centrarte en la oración (una lista de oración, algún libro de Stormie Omartian, cuadros con versículos para orar por tu esposo o tus hijos…)
4. Crea lazos con otras personas para que puedas rendir cuentas de que realmente has tenido un tiempo a solas con Dios ¿No tienes a nadie con quien contar para eso? ¡Únete a nuestros grupos de estudio GMG! Para eso fueron creados.
5. Utiliza los “tiempos muertos” durante el día para orar, cantar, memorizar o escuchar sermones: en el auto, en el autobús o el metro, en la cola para el mercado, esperando en la consulta del dentista, entre clase y clase, en tu hora de almuerzo en el trabajo…
6. Coloca los versículos que estás memorizando en lugares estratégicos para que los veas mientras cocinas, friegas, planchas, tejes… lleva también versiones más pequeñas en los bolsillos para cuando salgas de casa.
7. Lleva folletos evangelísticos en tu bolso, mochila o en el carro y entrégalos a las personas con las que te cruces durante el día.
8. No te comprometas a más cosas de las que puedes hacer, aunque sean “buenas cosas” o “espirituales”. Ora por cada oportunidad que te llegue y ve si realmente el Señor te quiere ahí.
Adoremos como María, sirvamos como Marta. Hagamos de nuestro tiempo con el Señor nuestra prioridad cada día y aprovechemos cada oportunidad para servirle en medio de nuestra agenda.
¿Tienes otras ideas sobre cómo dar prioridad a Dios en nuestro día a día? ¡Déjanos un comentario! Nos encantará escucharte.
0 comentarios: