Ahora bien, hay diversos dones, pero un mismo Espíritu. Hay diversas maneras de servir, pero un mismo Señor. Hay diversas funciones, pero es un mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás… Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo dete
rmina.
1 Corintios 12:4-7, 11
Todos tenemos talentos y al menos un don espiritual. Ambas cosas son regalos de Dios.
Los primeros los recibimos desde antes de nacer, vienen como parte de nuestro ADN y son muy variados: la música, la pintura, la danza, arte para cocinar, artes manuales, talento para escribir, para contar cuentos, para el arte dramático, etc.
Lo segundo lo recibimos en el nuevo nacimiento, es decir, cuando conocemos a Cristo y su Espíritu viene a morar en nosotros. Ese espíritu da a cada creyente el don o dones que él considera adecuado.
¿Alguna vez has pensado en darle gracias a Dios por los dones y talentos que te ha regalado? Regresa al pasaje del principio y lee con detenimiento las palabras subrayadas. Esos dones, y podemos incluir los talentos también, son un regalo que Dios te ha dado para el beneficio de los demás Así que no son para nuestro propio disfrute sino para que los pongamos en función de servir a otros. ¿Qué te parece? Empecemos por darle gracias a Dios por esos dones y talentos, los nuestros y los de otros; y luego, pensemos cómo podemos usarlos para bendecir a otros.
Desafío para hoy: Piensa en tres ocasiones en las que los dones de otros han bendecido tu vida y anótalas.
Fuente: Wendy Bello
1 Corintios 12:4-7, 11
Todos tenemos talentos y al menos un don espiritual. Ambas cosas son regalos de Dios.
Los primeros los recibimos desde antes de nacer, vienen como parte de nuestro ADN y son muy variados: la música, la pintura, la danza, arte para cocinar, artes manuales, talento para escribir, para contar cuentos, para el arte dramático, etc.
Lo segundo lo recibimos en el nuevo nacimiento, es decir, cuando conocemos a Cristo y su Espíritu viene a morar en nosotros. Ese espíritu da a cada creyente el don o dones que él considera adecuado.
¿Alguna vez has pensado en darle gracias a Dios por los dones y talentos que te ha regalado? Regresa al pasaje del principio y lee con detenimiento las palabras subrayadas. Esos dones, y podemos incluir los talentos también, son un regalo que Dios te ha dado para el beneficio de los demás Así que no son para nuestro propio disfrute sino para que los pongamos en función de servir a otros. ¿Qué te parece? Empecemos por darle gracias a Dios por esos dones y talentos, los nuestros y los de otros; y luego, pensemos cómo podemos usarlos para bendecir a otros.
Desafío para hoy: Piensa en tres ocasiones en las que los dones de otros han bendecido tu vida y anótalas.
Fuente: Wendy Bello
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